Una carta para Itzel, PEDRO

Pues ya que no te he querido abandonar mi querida amiga, en esta ocasión he optado por escribirte una especie de carta y hablarte de mis amores, que mejor forma de iniciar que hablándote de mi primer gran amor entonces, ahora vista mas bien como mi primera gran ilusión.
Ya que conoces un poco mas sobre los comienzos de mi sexualidad, supongo que habrás notado en ninguna parte de esos inicios me he enfocado en otro ser mas que el propio y es porque no fue sino hasta los 10 años cuando empece a tener lo más parecido a las mariposas en el estomago por alguien solo que estas mariposas habitaron en ese entonces mi pecho mas que mi abdomen.
Era un día como cualquier otro, mi hermana estaba esperando a dos compañeros seminaristas que estaban con ella en el colegio para preparar un proyecto, uno de ellos a quien llamaba Pinky y con quien aun conservo amistad y el otro completamente nuevo para mi, esta visita realmente no me inspiraba nada en especial, y bueno ahí estaban esos tres en sus deberes mientras yo me dedicaba a jugar con mi querida Taly, entonces en la hora de su descanso fue que iniciaron los hechos que realmente indicaron el inicio de esta historia, en este momento me gustaría saber si crees en el amor a primera vista, porque en ese entonces eso fue lo que sentí, mi hermana estaba tomando un refresco y yo tome su vaso por lo que ella tiro y se derramo todo sobre el trabajo casi terminado que llevaban horas haciendo, entonces mi hermana me iba a mata, pero el simplemente dijo tranquila, no estaba quedando tan bien de todos modos, lo haré de nuevo no pasa nada y salvo mi pellejo, entonces respire y al rato fui por una galleta y en ese instante el también fue a tomar una y nuestras manos se encontraron, nos miramos directamente a los ojos por un segundo, como si el tiempo se hubiera detenido y solo estuviéramos los dos, sentí esa cosa en mi pecho tan extraña y subí rápidamente las escaleras y es así como conocí a Pedro de quien te seguiré hablando en otra entrada.