Testimonio de vida:
“Lo que Dios hizo en mi”
Recuerdo con exactitud que desde mis 8 años siempre fui una niña triste, cayada, excluida de toda clase de actividades deportivas, por mi condición de correr lento, tenía pocos amigos, y los que tenían constantemente me rechazaban, no hablaba, solo observaba, era difícil verme sonreír, fui creciendo en ese silencio que se fue encogiendo, pero mi personalidad sombría si seguía creciendo, estaba inclinada a el ocultismo y ese tipo de cosas, ya que buscaba mi refugio en eso, me sentía sola, excluida, en casa toda la atención iba a mi hermana mayor o por lo menos yo lo sentía así, A la edad de 11 años para 12 mi hermana mayor partió de la casa lo que desencadeno en mi una persona fuerte por fuera pero muy frágil por dentro, yo debía ser la roca en mi casa, el ejemplo la hija perfecta, la amiga ideal en el colegio, y me enfrasque en eso, tenía mi vida llena de planes que dicho sea de paso hasta la fecha ninguno se ha dado.
En silencio aguante cada tristeza, el dolor ajeno lo volvía mío, empecé a esa edad con las autolesiones, y a callar cada cosa, paso el tiempo, y ya no me permitía sentir emociones, para relajarme busque el placer en el baile, busque alejar mi mente con la música, escribiendo, clases de canto, pero en los momentos que estaba sola en casa empezaba a mezclar bebidas, para distraerme, siempre mostraba estar bien aunque en verdad así no lo era.
Cambie de amistades varias veces, hasta llegar a un pequeño grupo de amigas con las que me sentía ampliamente identificada pese a las grandes diferencias. Me pase todos los recreos de mi vida encerrada en una biblioteca leyendo, y no es que este habito sea malo, pero era una forma de esquivar la realidad.
Paso el tiempo y aun con mi problema, seguí mi vida, empecé a asistir a un grupo de jóvenes en mi parroquia que había conocido por mi Felipe, asistí con dos amigas del colegio que luego lo dejaron pero yo continúe asistiendo había encontrado un escape de mi realidad de mi tristeza, y ese día a la semana en que asistía, solo era yo
A la edad de 16 años se me diagnostico un problema hormonal que me imposibilitaba o me dificultaba tener hijos, por lo que entre en tratamiento, y mi vida en ese momento se convirtió en un verdadero infierno, seguí autolesionándome cada vez con mayor intensidad, mi estado de ánimo era terrible, me deprimía constantemente, estaba constantemente irritada, por lo que mis amigas de entonces se empezaron a alejar. Paralice mi tratamiento y todo volvió a mi simulacro de normalidad.
Durante todo este tiempo, cree una especie de coraza entorno a mi corazón, jugaba con la gente y sus sentimientos, simplemente para distraerme, en las reuniones siempre me mantuve aislada, no compartía con nadie, nunca estaba triste pero tampoco alegre, a ese periodo de mi vida le llame “La muerta viva” de hecho todos mis escritos reflejaban esa oscuridad que habitaba en mi vida.
A los 17 ya estaba totalmente muerta, caminaba, comía, hablaba pero no me importaba nada ni nadie, ni yo misma me importaba, y como todo recipiente que se empieza a llenar empecé a rebosar, mis amigas, se apartaron sin explicación, no tenia en quien refugiarme, no entendía absolutamente nada, y mis autolesiones salieron a la luz, luche contra ellas durante buen tiempo un día estalle en el colegio y las hice evidentes a muchos compañeros, mis padres se enteraron, mi vida era un verdadero infierno, me sentía sola, devastada, cansada, fracasada derrotada, en una enorme nube negra, en un agujero sin salida.
En el grupo al que nunca deje de asistir, conocí varias personas entre ellas a dos que me ayudaron a encontrar la verdadera solución. Fue un día de pentecostés en que realmente conocí al señor y me decidí a luchar contra la soledad, contra ese vacío en mi vida, conocí otras personas con mi problema, y juntos nos dimos apoyo.
Mi proceso de recuperación ha sido largo, no fue una cosa de un día para otro, y admito que todavía en muchas ocasiones me siento sola, y triste, pero encuentro un refugio distinto, encuentro de quien agarrarme fuerte, y alguien que me tiene una línea 24/7, encontré a Dios. Mi problema de salud ha mejorado milagrosamente, tengo 7 meses sin autolesionarme, ya no tomo, las depresiones se redujeron en un 90%, hice verdaderos amigos que Dios me regalo que están ahí para mí en las buenas y malas, he aprendido a vivir, a sentir, Dios me devolvió a la vida.
En la actualidad estoy en mi formación en MENF y pronto comenzare mi servicio, también estoy formando un grupo de jóvenes en una parroquia en formación, he impartido talleres, y puedo dar mas de un millón de testimonios de lo que Dios ha hecho en mi vida, ya que es mucho.
Tengo un blog en el cual he registrado el cambio en mi vida ya que se ve el antes y el después de Dios en mi vida y trato de hacer llegar el mensaje de amor que el tiene para todos de todas las formas posibles no solo mediante palabras sino a través del ejemplo de mi vida del día a día, cuando me pidieron escribir mi testimonio no me sentía preparada para dar este paso, pero las palabras fueron surgiendo y tengo que dar gracias infinitas al Espíritu Santo que me guía.
