Juegos dobles el tambor y el repinique

Cada toque una lágrima interna, sangre en mi alma, una sensación pulsátil en mi entrepierna con solo pensar en el sonido hiperresonante que produjo aquel tambor en mi, ese que solo dice ven y acudo a su llamado, al que bautice hace tiempo como el mejor visitante de concha esta vez acompañado de lujuria, pasión y nieve fría para mi alma que nunca se ha atrevido a sentirla, un sorbo pequeño para tolerar a su acompañante no tan grato a mi cuerpo pero si a mi presencia por sus delicadas maneras, un juego doble donde la única que gana soy yo.
Después de terminada la función tambor hace una ultima rareza que encanta mis perturbadas melodías y juega con concha mientras la admira y la examina, concha se siente importante.